Montevideo es la otra capital rioplatense, donde el mar y el Río de la Plata se funden y confunden, vibra al ritmo del candombe y se alimenta de la poesía tanguera.
Es una ciudad con toques de pueblo, una urbe amena, familiar y amigable, donde se respira respira tango y transpira candombe. Una clásica postal es ver a los vecinos cebar mate con asombrosa habilidad al caminar, pasear, etc.
La Puerta de la Ciudadela actualmente es solo decorativa, de aspecto señorial, fue parte de la muralla que en los viejos tiempos protegía a la ciudad de Montevideo de posibles invasiones. Está ubicada frente a la Plaza Independencia y es la puerta de ingreso a la Ciudad Vieja.
En la Ciudad Vieja, se puede recorrer sus calles empedradas, con su arquitectura colonial y degustar los platos típicos uruguayos en los bares y restós de la peatonal Sarandí.
Algunos de los lugares que no se pueden dejar de visitar son la Catedral Metropolitana, el Cabildo, el Museo Torres García y el Teatro Solís.
Aún dentro de la Ciudad Vieja, podemos llegar hasta el reconocido Mercado del Puerto, donde los sábados es el día donde pintores, músicos y artistas callejeros dan color a un entorno rodeado de tiendas de ropa de cuero.
En Uruguay no se pueden dejar de probar las pamplonas rellenas de queso, jamón y morrón, o el clásico sandwich de chivito, platos típicos e irresistibles de estos pagos. Como aperitivo, animársele al “medio y medio”, una tradicional bebida uruguaya, mezcla de espumante y cava, que se toma bien frío.
En el barrio El Cordón, a lo largo de 8 cuadras, sorprende cada domingo la Tristán Narvaja, la feria más atractiva de Uruguay.
Cuando el clima acompaña, las playas invitan a caminar por la arena y disfrutar del las aguas del río y el mar. Los balnearios mas conocidos con Pocitos, Buceo, Malvin y Carrasco, donde se puede hacer windsurf, fútbol, pelota paleta, y todo tipo de deportes acuáticos.