Hasta comienzos del siglo XX la zona costera de Canelones fue un desierto de dunas móviles y de bañados, que eran tierras no aptas para la agricultura y consideradas de poco valor.
En los años 1870, varias familias comenzaron a realizar campamentos veraniegos en la playa Santa Rosa (actualmente es la playa Mansa de Atlántida).
En esa época, viajaban en carretas que hacían de viviendas y transportaban toda clase de comestibles (incluyendo gallinas y vacas lecheras) para los 3 meses de la estadía.
En el año 1908, comenzaron los esfuerzos de fijación de las dunas, por parte de varios visionarios y muchos idealistas. Se utilizaron pinos marítimos, traídos de Galicia, Portugal y sur de Francia, eucaliptus y acacias; los que debieron plantarse y replantarse incontables veces.
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