El restaurante del Museo del Ferrocarril es un secreto a voces en Colonia del Sacramento, pero sigue siendo un secreto para la mayoría de los turistas que se quedan en los alrededores del casco histórico.
Ubicado frente a la antigua Plaza de Toros, dentro del Museo se encuentran dos vagones lustrosos impecables del año 1900, con vajilla de época. Se encuentra el coche comedor y otro vagón dormitorio de primera clase, con barra y mesas clásicas, todo restaurado.
Es un restaurante de película capitaneado por el cocinero chileno Julio Palacios, con precios accesibles.
Cuenta con una carta con poca cantidad de elementos, pero suficiente para satisfascer a los exigentes comensales. La especialidad son los risottos que se preparan en 4 variantes, también hay platos de fusión mediterránea, thai y criolla, riquísimos ravioles y spaghetti, rolls de berenjena, profiteroles rellenos de helado de maracuyá con salsa de chocolate, y siempre hay algo nuevo.
La carta de vinos es variada con varias bodegas locales de Colonia (como Los Cerros de San Juan), otras del resto de Uruguay (Stagnari, Don Pascual) y otras chilenas (Anakena, Casillero del Diablo).
Toda la vajilla es antigua, en algunos casos rescatada de remates y anticuarios, con piezas clásicas de la belle époque, porcelana de Limoges, de Bavaria, cubiertos de alpaca y las servilletas también antiguas bordadas a mano.
El complejo se llama Recrear la Historia y organizado por una historiadora que consiguió los vagones en Peñarol, en un remate de la Administración de Ferrocarriles del Estado.
Más información en www.recrearlahistoria.com