Los restos de la Iglesia de Francisco Piria, se encuentran sobre la Ruta 37, en una zona alta, fuera del centro del balneario de Piriápolis.
Francisco Piria, fundador de Piriápolis, en el año 1917 quiso construir esta iglesia para que fuera el centro del balneario, sin embargo nunca fué finalizada y la Iglesia Católica se negó a recibir este edificio como donación, por considerarlo indigno a causa de sus símbolos alquímicos y masónicos.
Al fallecer Francisco Piria, la iglesia fue abandonada y actualmente está en ruinas y es utilizada como depósito de leña.
Es un hermoso edificio de diseño gótico, que de techo original apenas quedan algunas vigas en mal estado.
La iglesia está construida de cara a la salida del sol, orientada hacia el Este, orientación típica de los templos masónicos.
Tiene ornamentación de clara simbología masónica y alquímica, considerada profana.
Posee una apertura en forma de rosa, y el diseño del edificio prevee que durante los meses de primavera, el rayo de sol atravesase este rosetón de ocho pétalos de la torre en un determinado momento del día, e iluminase un punto prefijado del altar, donde Francisco Piria colocaría un poco de polvo de proyección (la sustancia que permite la transmutación de los metales en la alquimia).
El estado de este lindo edificio es precario, y podría derrumbarse en cualquier momento. Actualmente, el edificio está en manos privadas y primero fue utilizado como carpintería, luego estuvo abandonado y actualmente es utilizado como depósito de leña.